El ritmo es un componente crucial para cualquier músico. Sin embargo, muchos lo descuidan, creyendo erróneamente que el ritmo es un talento innato: “Quien nace con ritmo, no necesita practicarlo; es un desafío solo para quienes tienen dificultades con él”. ¡Esta percepción no podría estar más equivocada!
Es fundamental que todos los músicos estudien y practiquen el ritmo, al igual que cualquier otra técnica, ya que también se puede perfeccionar y desarrollar.
Un primer consejo para aquellos interesados en mejorar su sentido del ritmo es practicar siempre acompañados de un metrónomo. Utilizar un metrónomo durante el entrenamiento es como tener un general militar al lado, recordándote constantemente: “¡Mantén el tiempo!” Esto ayuda al músico a desarrollar no solo precisión, sino también acentuación, un aspecto clave para cualquier instrumentista.
Antes de continuar, sería provechoso leer el artículo sobre «partitura«, pues utilizaremos algunos de sus conceptos aquí para representar los ritmos, en especial en lo referente a los compases.
Recordemos lo que significa un compás de 4/4, según el artículo de partituras: cuatro negras por compás. Para refrescar la memoria, veamos cuántas notas caben en un compás en los siguientes ejemplos:
4/4 = Caben 4 negras
4/2 = Caben 4 blancas
4/8 = Caben 4 corcheas
2/4 = Caben 2 negras
3/1 = Caben 3 redondas
5/32 = Caben 5 fusas
7/2 = Caben 7 blancas
El compás de 4/4 es el más común en la música. En él, se puede contar del 1 al 4 al ritmo de la música, reiniciando el conteo sin desajustes con la melodía.
Tomemos como ejemplo la canción «Rolling in the Deep»:
A partir de los 00:23, cuando el bombo marca el ritmo con “Boom”, “boom”, “boom”, “boom”, cuentas del 1 al 4 y vuelves a empezar, siguiendo el «boom» de la batería así:

La perfecta coincidencia de este conteo con la melodía indica que la canción tiene un compás de 4/4.
Muchos músicos se sienten incómodos con compases distintos al de 4/4.
Consideremos, por ejemplo, la introducción de «Dreaming Awake» de Harmony, una banda sueca de metal progresivo:
Al empezar la canción, hacemos el mismo conteo que en el caso anterior. Esta vez, la caja nos ayuda a marcar el tempo.
Cuenta hasta 4 de tal manera que el primer golpe de caja coincida con el 3. Empieza a contar de nuevo como en la canción anterior.
¿Notaste que la canción no encaja bien con ese conteo? El riff de la guitarra no se alinea con nuestro conteo, pues al llegar al 4 y empezar de nuevo, la canción parece desalineada. Esto se debe a que la introducción está en un compás de 7/4.
Para identificar un compás de 7/4, realiza el mismo conteo pero hasta 7 y luego empieza de nuevo. Ahora todo encaja: el riff de la guitarra sigue el conteo hasta 7 y luego reinicia.
Nota: Nuestro análisis se centra solo en la primera parte de la introducción, que comienza con 3 compases en 7/4 seguidos de uno en 8/4. Este último compás puede interpretarse como dos de 4/4. Preferimos tratar estos compases como 7/4 y 8/4 para facilitar el seguimiento.
Cuando empieza a cantar el vocalista, la canción pasa a un compás de 4/4. Observa cómo alterna entre 7/4 y 4/4, algo poco común en la música popular. Por eso, practicar con canciones de tiempos complejos es útil para acostumbrarse a compases distintos al de 4/4.
Ahora, veamos un ejemplo en 3/4, la canción “Ele é exaltado”:
Observa el conteo en el ritmo que acompaña la letra:

Ahora que hemos aprendido a identificar estas firmas de tiempo inusuales, intenta notar cómo la canción «Take Five» de Dave Brubeck está en un compás de 5/4:
Un grupo destacado en el uso de tiempos inusuales es Rush, influenciando a bandas como Dream Theater a incorporar compases complejos en sus composiciones.
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