¿Qué es la Función Armónica?

La función armónica es una forma de denominar la emoción o sensación que un determinado acorde evoca en el oyente. Este concepto se hará más claro con ejemplos prácticos. Antes de ello, es importante conocer que existen tres funciones armónicas principales:

Función Tónica

Evoca sentimientos de calma, estabilidad y tranquilidad, sugiriendo una sensación de completitud.

Función Dominante

Genera una sensación de inestabilidad y tensión, indicando una preparación para la resolución en la tónica.

Función Subdominante

Se sitúa entre la tónica y la dominante, creando una sensación intermedia de preparación, pero con menor intensidad. Puede conducir hacia la tensión de la dominante o hacia la calma de la tónica.

Experimentando con las Funciones Armónicas

Para comprender mejor estos conceptos, te sugerimos tocar los siguientes acordes en secuencia y repetidamente:

| Gmaj7 | Cmaj7 | D7 |

Al tocar esta progresión lentamente, notarás cómo el acorde D7 crea una expectativa de retorno a Gmaj7. Este efecto de inestabilidad es típico de la función dominante. Al regresar a Gmaj7, experimentarás una sensación de ‘alivio’, ‘resolución’ y estabilidad, característicos de la función tónica.

En este caso, el acorde Cmaj7 actúa como un punto intermedio, sin la angustia del D7 pero tampoco con la completa estabilidad del Gmaj7, representando así la función subdominante.

El ejemplo utiliza la tonalidad de Sol mayor, donde Gmaj7 es el primer grado, Cmaj7 el cuarto, y D7 el quinto.

Generalizando, en cualquier tonalidad mayor, el primer acorde representa la función tónica, el cuarto acorde la subdominante, y el quinto la dominante.

Cada acorde en la música tiene una función armónica, que resumimos para cada grado de la escala mayor:

funciones armónicas en la tonalidad mayor

Nota: el tercer grado también puede funcionar como dominante, ya que es el acorde relativo de la función dominante, aunque carece del tritono.

Así, las ideas de ‘completitud’ y ‘preparación’ no se limitan a los grados I, IV y V, sino que se extienden a otros grados según esta tabla. ¡Esto es crucial! Vamos a aplicar el concepto de funciones armónicas en futuros temas y módulos. Por lo tanto, es vital memorizar la función de cada grado en la tonalidad mayor, identificando rápidamente cuáles son dominantes, subdominantes o tónicos.

Cada grado se clasifica también por su ‘calidad funcional’, que indica la fuerza con la que cada grado resuelve o prepara según su función armónica.

Los acordes de función principal (I, IV y V) son ‘fuertes’; los acordes II y VII (sustitutos de IV y V) son ‘medianamente fuertes’; y los acordes restantes de función tónica (III y VI) son ‘débiles’.

calidad funcional de las funciones

Hablando de grados sustitutos, podemos intercambiar acordes que comparten la misma función armónica sin alterar la esencia de una canción. Por ejemplo, en la tonalidad de Do mayor:

calidad de funciones armónicas en Do mayor

Nota: algunos teóricos argumentan que solo existen funciones fuertes y débiles, descartando la categoría medianamente fuerte.

Puedes experimentar con canciones en Do mayor intercambiando acordes de la misma fila en la tabla anterior. Por ejemplo, reemplazar un acorde F por un Dm, aplicando lo mismo a otras funciones.

Para practicar, analiza canciones conocidas desde la perspectiva de las funciones armónicas, identificando cada acorde con su grado y función correspondientes.

También intenta percibir la sensación que transmite cada parte de la canción. Esto será tu ‘tarea’.

Puedes probar a intercambiar acordes con la misma función armónica, aunque por ahora no te preocupes demasiado por ello. Profundizaremos en las funciones armónicas más adelante; considera esto una introducción.

Interesantemente, el conocimiento profundo de las funciones armónicas es un ‘secreto’ de los músicos con buen oído. Reconocer la sensación específica de cada función (tónica, dominante, subdominante) facilita enormemente la identificación de acordes de oído. La función dominante, por ejemplo, es considerada por muchos la más fácil de distinguir.

Ejemplo Práctico

Imagina que estás tocando una canción desconocida con una banda y te informan que la tonalidad es Do mayor. Te encuentras al fondo del escenario, sin poder ver los acordes que el guitarrista está ejecutando.

De repente, percibes claramente que un acorde específico cumple la función de dominante (algo que se vuelve reconocible con práctica y entrenamiento auditivo). Sabiendo que la función es dominante y la tonalidad es Do mayor, deduces que el acorde podría ser el V7 o el VIIm7(b5).

Generalmente, el V7 (G7) es más común que el VIIm7(b5), por lo que decides tocar G7, teniendo un alto porcentaje de acertar. Incluso si te equivocas, el error estaría dentro de la misma función armónica, lo que es aceptable, ya que ambos acordes producen una sensación similar y no desentonarían.

Sin entender la sensación de las funciones armónicas, identificar el acorde correcto sería mucho más complicado, ya que necesitarías reconocer cada acorde individualmente, y un error podría llevarte a tocar un acorde de una función armónica diferente, lo cual sería problemático.

Manipulación de Emociones

Las funciones armónicas tienen otro uso importante: manipular emociones. Por ejemplo, en películas de suspenso, la tensión se crea mediante el uso continuo de acordes dominantes, que mantienen al espectador en vilo sin resolver en la tónica.

En cambio, los anuncios televisivos suelen emplear acordes de función tónica para transmitir sensaciones agradables y relajantes, buscando que el consumidor asocie ese bienestar con el producto anunciado.

Los artistas a menudo manipulan las funciones armónicas para que coincidan con la letra de sus canciones. Si la letra transmite algo preocupante o negativo, se utiliza la sensación de un acorde dominante. Cuando la letra es más positiva o se resuelve, la armonía cambia a la función tónica.

De esta forma, el mensaje llega al oyente de manera doble: a través del significado de la letra y la sensación que transmite la música. Los buenos compositores, arreglistas y productores suelen dominar este aspecto.

El estudio de la armonía, la improvisación y la composición siempre incluye las funciones armónicas, por lo que es crucial entenderlas desde ahora.

En la improvisación, es evidente que si la canción transmite tensión, el solo también debe reflejar esa tensión. Si la canción es serena, el solo debería enfatizar esa serenidad.

Un solista que sigue la dirección impuesta por la canción crea melodías armoniosas y agradables al oído, logrando una perfecta unión entre melodía y armonía.

Es como en un partido de fútbol: el extremo derecho (armonía) centra el balón y el delantero (melodía) remata a gol. Si el extremo pasa hacia atrás, el delantero no debería correr al área para rematar al aire. Igualmente, si el extremo centra, el delantero no debería retirarse al mediocampo.

Aunque parezca obvio, este tipo de desajuste es común en la improvisación. Pero no te preocupes, aquí trabajaremos para que puedas ‘jugar’ correctamente en este ‘equipo’.

Ir a: Supertónica, Mediante, Submediante y Sensible

Volver a: Módulo 5